Una nueva moda que nos encanta es volver a hacer como nuestras abuelas y aprovechar cada alimento lo máximo posible. Hoy os traemos uno que quizás no se os había ocurrido aprovechar: ¡los huesos del jamón! Con los huesos de jamones y paletas ibéricas podemos hacer muchas recetas y enriquecer otras tantas. En este post os vamos a dar ideas y consejos tanto para su conservación como para su uso.
Conservar los huesos de jamón ibérico.
Si hemos mantenido el jamonero en un lugar fresco mientras nos íbamos comiendo el jamón, para cuando éste se termine el hueso estará en perfectas condiciones. Lo primero que debemos hacer es quitarle toda la carne posible. Estos pequeños trocitos serán perfectos para hacer unas croquetas o alegrar un salmorejo.
Lo más conveniente para conservar y usar estos huesos es partirlos en trozos que quepan en nuestras ollas y que podamos cocinar con comodidad. Por seguridad, lo mejor es llevárselo a nuestro carnicero y pedirle que nos lo corte, ya que él tendrá las herramientas adecuadas para esto y no nos arriesgaremos a cortarnos.
Con el hueso de jamón ya en trozos, podemos meterlos en bolsas para congelarlos si es que no los vamos a usar en los siguientes días. Ten cuidado con las aristas.
Usar los huesos de jamón.
Los huesos pueden ser usados de distintas formas. Una de ellas es echar uno de los trozos en guisos para enriquecerlos, como caldos, lentejas, cocidos… También podemos hacer una sopa con un caldo hecho con uno de los trozos de hueso y verduras. Si te decantas por una de estas opciones, ten cuidado con la sal, al ser el jamón salado deberemos echar menos cantidad de sal para que nuestro plato no quede salado. Nosotros os recomendamos no echar sal hasta el final, donde podemos probarlo y corregirlo.
Otra forma es hacer un caldo exclusivamente con los huesos y agua. Con esto conseguiremos un delicioso caldo que añadir en lugar de agua a nuestras preparaciones. ¿Cómo se hace? Ponemos los huesos y agua en nuestra olla a presión, y cocemos 5 minutos con las dos rayas de la válvula fuera. Colamos este caldo con un colador para evitar impurezas y volvemos a cocer los huesos 5 minutos en agua nueva. Colamos de este nuevo caldo y mezclamos ambos. Con esta preparación puede que el caldo quede con bastante grasa, si queréis quitarla solo tenéis que dejar el caldo reposando hasta que se enfríe. La grasa solidificará y formará una capa sólida en la parte superior. Podemos retirar toda o parte de ella. Y ya estará listo para usar. Si no vamos a consumirlo en los días siguientes podemos congelarlos en recipientes herméticos y sacarlos cuando queramos usarlo en la preparación de uno de nuestros guisos.
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